Asesoramiento económico

Un espejismo llamado creación de empleo

Comparando los datos del segundo trimestre de 2022 con el mismo período del año pasado, se encuentra un aumento de 796.400 en el número de ocupados (+4%). Al mismo tiempo, la cantidad de desempleados disminuyó en 624.400 personas (-17,6%). Cuando el empleo crece más de lo que cae el paro, la diferencia se explica porque hubo gente que se sumó al mercado de trabajo (aumento de la población activa) y consiguió un empleo. Es la situación teóricamente ideal: una creación de empleo que permite bajar el paro y al mismo tiempo absorber una creciente población activa. La tasa de paro, 12,5%, es la más baja en 14 años.

Más allá de los grandes números, hay otros datos positivos. Por ejemplo, el empleo público crece menos que el empleo privado (+0,4% y +4,8%, respectivamente), por lo que su peso en el total cae por tercer trimestre consecutivo. También cae, por cuarto trimestre consecutivo, el grupo de subempleados (personas que tienen un empleo part-time, quieren trabajar más horas, pero no encuentran donde).

Esto no significa que el mercado laboral no tenga problemas. La tasa de paro sigue siendo el doble que la media europea y multiplica por cuatro las de Alemania y Polonia. Un tercio de los parados busca empleo sin encontrarlo desde hace dos años o más. Los subempleados suman 1,7 millones. Hay 450.000 empleados públicos más que hace cinco años (+15%) lo que es injustificable desde todo punto de vista.

Los buenos datos señalados al principio sorprenden, precisamente, por el mal estado general de la economía. ¿Cómo es posible esta creación de empleo con las familias sufriendo una quita del 10% en el poder de compra de sus salarios y pensiones, con los tipos de interés subiendo, con la confianza en mínimos de 9 años (si dejamos de lado los meses del confinamiento)? ¿Cómo es posible, con un déficit fiscal gigantesco y una deuda pública igualmente inmensa, con la amenaza de (nuevas) subidas de impuestos que eso significa? ¿Cómo es posible, con las matriculaciones de turismos cayendo (en junio último se matricularon tantos turismos como en el mismo mes de… ¡1992!).

En lo inmediato, la respuesta es, fundamentalmente, el turismo exterior. Baste un dato: en el segundo trimestre entraron 20,6 millones de turistas. En el mismo período de 2021 habían sido apenas 4,2 millones. Eso conlleva un ingreso adicional a la economía de unos € 18.500 millones, que dispara la demanda en todo lo relativo al turismo. No por casualidad, donde más crece el empleo es en Canarias (+14,6% interanual) y Baleares (+8,9%). No por casualidad es la Hostelería la que lidera el empleo (+18,5%).

Al impulso del turismo exterior se suma el del gasto público: aunque el gobierno hable de “moderación”, el techo de gasto público aprobado para 2023, excluyendo los gastos pagados con los fondos europeos, es un 38% mayor al de 2020.

El turismo solo se recupera una vez y el gasto público, como ya se debería haber aprendido, no puede crecer indefinidamente. Mucho menos cuando el conjunto de Administraciones Públicas hace 15 años que paga los intereses de la deuda pública con más deuda: una conducta financiera suicida. Si lo anterior basta para descartar que pueda seguir creándose empleo al ritmo actual (ni qué decir tiene si añadimos las peores previsiones económicas), hay un problema grave que pone en cuestión los actuales empleos: la productividad.

La productividad es la producción media por persona ocupada. Cuando aumenta, se gana competitividad y es posible que suban los salarios y las ganancias empresariales al mismo tiempo. Cuando cae, significa que hacen falta más personas para alcanzar un mismo nivel de producción: el camino al empobrecimiento.

El drama es que la productividad media (PIB por ocupado) ha caído 6% desde que gobierna Pedro Sánchez, por lo que retrocedió al nivel de 2010. Recuperar la productividad de 2018 supone que el actual nivel de PIB podría alcanzarse con un millón menos de ocupados: hay un millón de personas que creen tener un empleo, pero en realidad tienen un ingreso financiado, directa o indirectamente, con deuda pública. Lo mismo que pasaba en 2007, pero con la deuda privada.

¿Está bien el mercado de trabajo? ¿A ti qué te parece, amigo lector? @diebarcelo

 

Publicado en Expansión el 28/7/2022