Si el PIB del segundo trimestre de 2021 habría sido casi un 7% menor al del mismo período de 2019, ¿cómo es posible que el empleo total, según la Encuesta de Población Activa, sea solo 0,7% más bajo? Primero, porque entre los “ocupados” se incluyen los 448.000 asalariados que estaban en ERTE al final de junio y decenas de miles de autónomos en cese de actividad. Además, porque ahora hay 245.100 empleados públicos más.
Si nos restringimos a los asalariados del sector privado, restando a quienes están en ERTE, vemos que entre los segundos trimestres de 2019 y 2021 se produjo una caída de 6,5%, es decir, similar a la del PIB. No hay un “milagro” del empleo: se cuentan como ocupados a personas que no trabajan y se han disparado las contrataciones en el sector público.
Comparar los datos del segundo trimestre de 2021 con el mismo período del año pasado equivale a hacerse trampas en el solitario. Hace un año, con la población confinada, se perdieron 1,2 millones de empleos. Con una base de comparación tan baja, es lógico que ahora haya un incremento generalizado del empleo en términos interanuales.
El problema es que, aun con esa “trampa”, hay datos inquietantes. Por ejemplo, la rama de actividad donde más se incrementó el empleo en los últimos doce meses es el servicio doméstico (+21,1%). Las 101.700 personas que comenzaron a trabajar en esa actividad son casi 10 veces más que los empleos creados en las manufacturas en el mismo período, que apenas crecieron 0,5%.
Siete de cada diez puestos de trabajo creados en los últimos doce meses son de carácter temporal, que aumentaron 19,2%. Una vez más, la industria envía una señal preocupante, al mostrar una reducción interanual de 1,1% en el número de sus asalariados fijos, que fueron reemplazados en su totalidad por asalariados temporales.
El 86% de los nuevos empleos públicos es temporal. ¿Serán solo contrataciones vinculadas con la pandemia, que luego se extinguirán? ¿O será también la forma de aumentar la plantilla (futuros votos agradecidos) sin necesidad de convocar oposiciones? Si el sector público contrata de manera temporal, muchos más motivos tiene para hacerlo el sector privado: dudas acerca de la sostenibilidad de la recuperación, subidas de impuestos y amenazas de derogar la reforma laboral. Con todo, el 37% de los nuevos asalariados privados es indefinido.
Al mismo tiempo que tenía 193.000 asalariados en ERTE, en la hostelería se crearon 76.900 empleos. Eso puede ser síntoma de que hay empresas “zombies”, incapaces de salir adelante, mientras otras empresas nacen o se recuperan en el mismo sector. De ser así, se estarían contando como “ocupados” unos empleos irrecuperables.
Pese al aumento del empleo (“trampa” incluida), el número de parados siguió aumentando. Ahora suman 3,5 millones las personas sin empleo, 5,2% más que hace un año. Que aumente el paro al mismo tiempo que sube el empleo se explica porque mucha gente comenzó a buscar trabajo. Unos, lo consiguieron; los demás, que antes estaban “inactivos”, ahora se cuentan como parados. Por eso la tasa de paro quedó igual que hace un año, en 15,3%.
La población activa (gente que comenzó a buscar empleo) creció en ambos sexos y en todas las franjas de edad. Llama la atención el ímpetu con el que aumenta la población activa femenina. En especial, entre las mayores de 60 años, grupo que sube el doble que el total femenino (+15,1% y 7,8%, respectivamente). Cuando aumenta la población activa, hay dos motivos principales. Uno es que, en un mercado laboral boyante, es más fácil encontrar empleo y/o mejores condiciones laborales. El otro es que, ante las dificultades económicas, miembros de la familia que normalmente no trabajan, necesitan comenzar a hacerlo. No hay muchas dudas acerca de qué hipótesis se ajusta mejor al contexto español actual.
Que un gobierno afecto a la propaganda aproveche la razonablemente buena apariencia de los datos globales del mercado de trabajo, cabe dentro de lo “normal”. El riesgo es que el gobierno efectivamente crea lo que dice, porque entonces significaría que tiene un diagnóstico errado. Russell Ackoff, pionero de la investigación operativa, decía que el planteamiento correcto (es decir, el diagnóstico) es la mitad de la solución. Pues eso. @diebarcelo
Publicado el 30/7/2021 en Expansión.