Asesoramiento económico

La principal amenaza para la recuperación

En mayo, la afiliación a la Seguridad Social creció 3,8% interanual (711.100 empleos más) y el paro bajó 2% (76.500 parados menos); la firma de contratos indefinidos se duplicó. También bajó el número de personas en ERTE, para quedar en 542.100, la cifra más baja en lo que llevamos de pandemia.

Los datos de actividad económica del segundo trimestre que se van conociendo presentan repuntes significativos. Por caso, las ventas del comercio minorista de abril treparon un 38,5% interanual, llegando en el caso de las Grandes superficies a un incremento del 90%.

Como si no hubiera ya suficientes riesgos acechando, a la economía española le está surgiendo una nueva amenaza: que el gobierno de Pedro Sánchez crea que estos datos confirman la fortaleza de la recuperación. Y que junto con el avance del plan de vacunación y la llegada de los fondos europeos, llegue a la conclusión de que la cuestión económica está “resuelta”.

Si en lugar de comparar los datos de 2021 con los de 2020, lo hacemos con los de 2019, es fácil darse cuenta de que la magnitud de las variaciones positivas tiene más que ver con el hundimiento del año pasado (“efecto base de comparación”), que con la fuerza de la recuperación. Por ejemplo, pese a haberse duplicado, los contratos indefinidos de mayo suman tantos como en el mismo mes de 2006. Las ventas minoristas de abril, pese a su fuerte recuperación, resultaron, a precios constantes, 5,5% inferiores a las del mismo mes de 2000. Si descontamos el empleo público (+8,9% en los últimos 24 meses) y a las personas en ERTE, el empleo asalariado privado es ahora un 7,1% inferior al de mayo de 2019. Lejos de cualquier solidez, apenas estamos ante un rebote incipiente de la actividad económica.

Hay elementos que juegan a favor de que la recuperación avance más: la enérgica reactivación de las dos economías más grandes del mundo (EE.UU. y China), la gradual normalización del turismo y las cada vez menores restricciones dadas las cifras más bajas de contagios.

El problema es que la política económica está conceptualmente equivocada. El riesgo es que, lejos de advertir sus errores, el gobierno crea que su política económica es la correcta y se sienta respaldado por unos datos que parecen mejores de lo que son, como acabamos de ver.

La realidad es que, en el primer trimestre, el PIB fue similar al del mismo período de 2007. Como ahora vivimos en España 2,5 millones de personas más que entonces, el PIB per cápita está al nivel de 2003. Además, la deuda pública alcanza nuevos máximos cada mes, ahora en el 125% del PIB. Cargamos con una deuda exterior de más del 80% del PIB y una tasa de paro del 16% (22%+ si descontamos los ERTE y otros ajustes).

Lo que se requiere con urgencia es una política económica que aliente el crecimiento, mediante reformas, privatizaciones y reducciones de costes. Así aumentaría genuinamente el empleo, la mayor actividad generaría recursos para cerrar el déficit fiscal y una creciente competitividad alentaría la reducción de la deuda exterior vía aumento de las exportaciones.

Pero el gobierno hace lo opuesto de lo necesario. Ha subido o creado doce impuestos y ya anunció que lo va a seguir haciendo. El déficit fiscal de 2021 y 2022 será el más grande de la UE, como ocurrió el año pasado. Se anuló la reforma previsional (factor de sostenibilidad e índice de revalorización) y se amenaza con hacer lo propio con la reforma laboral. En lugar de plantear privatizaciones (para aumentar la inversión productiva y amortizar deuda con lo recaudado), el gobierno usa las empresas públicas para colocar gente afín.

El gobierno de Pedro Sánchez y su política económica son las principales amenazas para la recuperación de la economía. Para peor, no es descabellado imaginar una subida próxima de 2 o 3 puntos porcentuales de los tipos de interés, mucho menos cuando la inflación ha vuelto a hacer acto de presencia. Esa es la distancia que nos separa entre la relativa tranquilidad actual y que vuelva a dudarse de la capacidad del gobierno para refinanciar su deuda (prima de riesgo, etc.).

Según Richeliu, los problemas son fáciles cuando se anticipan, pero insolubles cuando no. Pues eso. @diebarcelo

 

Publicado en Expansión el 5/6/2021